
Luis Manuel Estalayo Martín
Psicólogo Clínico. Psicoanalista
http://www.estalayopsicologo.com
“La estupidez nace de tener una respuesta para todo; la sabiduría, de tener una pregunta para todo”
Milán Kundera.
En las últimas entradas en este blog he descrito distintos aspectos vinculados a la estupidez del ser humano.
https://asprisma.wordpress.com/2020/11/12/la-estupidez-globalizada-5/
https://asprisma.wordpress.com/2017/11/27/la-estupidez/
https://asprisma.wordpress.com/2020/06/07/somos-estupidos/
https://asprisma.wordpress.com/2020/09/06/el-fracaso-de-la-inteligancia/
https://asprisma.wordpress.com/2020/10/27/la-estupidez-iv/
En esta ocasión quiero proponer alguna alternativa a su epidémica expansión. En realidad, se trataría de buscar alternativas para evitar que la opinión de F. Hegel sea cierta:“Lo que la experiencia y la historia nos enseñan es lo siguiente: que el pueblo y los gobiernos nunca han aprendido nada de la historia ni actuado de acuerdo con los principios”.
Byun-Chul Han (2020)propone practicar experiencias que permitan una atención plena, algo opuesto a la red digital donde todo es rápido y plano, sin que se pueda profundizar en ninguna reflexión. De ahí el valor del silencio y de la escucha, de una profunda atención. En este contexto se incluyen al menos tres alternativas:
- Pensar, como práctica que en la sociedad actual parece casi revolucionaria. Pensar, reflexionar, y poder compartir de manera profunda lo pensado y sentido. En mi opinión, tanto la práctica de la meditación como la psicoterapia ayudan a crear e intensificar un pensamiento reflexivo y crítico y favorecen una comunicación más plena con uno mismo, con los demás y con el entorno en general.
- El Arte, cuya esencia sería “otorgar a la vida una durabilidad”. Es decir, el arte como vehículo de un valor de permanencia, totalmente ajeno y opuesto a una brutal presión hacia lo laboral, hacia una productividad fría y sin sentido. El Arte sería necesario para soportar la fugacidad de la vida, otorgándola cierto sentido.
- Recuperar una dimensión lúdicade la existencia, incluyendo el reposo contemplativo. Propuesta igualmente revolucionaria en este momento en tanto que al capitalismo ni le gusta ni soporta la calma.Este elemento recuerda las reflexiones de Pablo d’Ors en su “Biografía del silencio” (2014), donde defendía la práctica de la meditación como vía para entender que se puede vivir de otra manera.
Por su parte, Giancarlo Livraghi (2008) habla de distintos antídotos contra la estupidez:
-la curiosidad,
-la capacidad de escuchar,
-la creatividad,
-el aprender a usar la experiencia,
-el percibir la importancia de la Historia,
-la sencillez,
-el humor,
-la capacidad de dudar permanentemente, y
-la posibilidad de aprender de los errores.
Estoy de acuerdo en todo ello, en tanto que una persona que pudiera cultivar estos aspectos probablemente sería menos estúpida. Pero para que este tipo de propuesta no sea ideal o excesivamente clasista, es decir para que pudiera extenderse a amplias capas de la población más allá de élites intelectuales y económicas, convendría incluir en este tema el concepto de Justicia social. Quizá el principal antídoto contra la estupidez. En este sentido, estoy totalmente de acuerdo con Jose Antonio Marina (2004)cuando habla de una sociedad justa como la sociedad más inteligente.
Una persona tendrá mayores posibilidades de ser más inteligente si tiene mejor educación, y puede disponer de mejor salud en sentido amplio: salud física, psicológica y social. En esas condiciones tendrá mayor capacidad para pensar, para vincularse con el arte de forma creativa, para poder aprender de la experiencia; tendrá igualmente mayor capacidad para escuchar, más criterio para criticar, o más facilidad para aprovechar una experiencia psicoterapéutica. Pero para ello, será imprescindible un contexto social que lo permita y facilite, es decir una sociedad justa donde toda la población pueda acceder a esas cotas de salud y educación.
Estoy convencido de que este es un camino irrenunciable en el que todos podemos intentar aportar un granito de arena. Camino hacia una mayor Justicia social e “inteligencia comunitaria” en el que quizá algunas profesiones estén llamadas con mayor rotundidad e intensidad dada su responsabilidad práctica y ética: muy especialmente políticos y periodistas, pero también profesionales de la salud y del ámbito psico-socio-educativo en sentido amplio.
Quizá aún merezca la pena un esfuerzo común.