El 4 de marzo se celebra el Día del hermano en Argentina, hay otros países que también dedican un día especial a los hermanos y hermanas, como puede ser Estados Unidos, que lo celebran el 2 de mayo. ¿Por qué señalo esta fecha en nuestro blog? Porque, a mi juicio, en España, debería ser un día también señalado y digno de celebración. Y es que en nuestra cultura, la atención de los padres a las necesidades individuales de los hijos está cobrando cada vez más importancia, en detrimento del desarrollo de sus capacidades para compartir y convivir. Capacidades que comienzan, por supuesto, con las experiencias tempranas en convivencia dentro del núcleo familiar, los hermanos deben aprender desde pequeños a compartir, a dar, a consolar y a cuidarse entre ellos.
Al fin y al cabo, la relación entre hermanos es una de las más importantes en la vida de las personas y, probablemente, la más duradera, de ahí la importancia que tiene y la necesidad que tendríamos todos de cuidar y favorecer nuestras relaciones fraternas, por encima de las vicisitudes, contratiempos y desacuerdos que seguro que surgirán en nuestra vida familiar. Fomentar una buena relación entre hermanos es un aspecto que como padres, educadores o terapeutas, nos deberíamos marcar como objetivo especialmente destacable en el contexto de un proyecto de crianza o trabajo personal y familiar, señalando la conveniencia de marcarnos objetivos realistas dentro del marco de la crianza y educación.
Los conflictos surgirán, es inevitable, lo importante es poder resolverlos adecuadamente para que el resultado final sea exitoso. Niños, adolescentes, jóvenes y mayores, para cualquiera de nosotros una buena relación fraterna puede ser una inestimable ayuda para sobreponernos a las muchas dificultades que vayan surgiendo a lo lardo de nuestra vida.
Lourdes Fernández-Quintanilla.- Orientadora familiar