A: ADOLESCENCIA

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La adolescencia es una etapa evolutiva del desarrollo humano comprendida entre la niñez y la edad adulta, en la que se producen los cambios más significativos en la vida de tu hij@, tanto a nivel físico como psíquico.

Suele transcurrir entre los 11 y los 19 años. Los científicos  han descubierto que este proceso cada vez se está produciendo a edad más temprana en ambos sexos, por eso se habla de “la adolescencia adelantada”. Por ejemplo,  se ha comprobado que la media de inicio de la primera menstruación en las niñas, en tan solo estos últimos quince años, se ha adelantado un año.  ¿Cuáles son las causas de este adelanto? Nadie lo sabe exactamente, lo que sí sabemos es que hay determinadas circunstancias ambientales que están influyendo: Una de ellas es nacer con bajo peso (una tendencia creciente debido a la avanzada edad de las madres gestantes y al mayor número de tratamientos de fertilidad). Otra circunstancia es el papel de los químicos ambientales, ya  que es posible que alteren el funcionamiento del organismo. Y, finalmente, mencionar circunstancias asociadas a la obesidad y el sobrepeso, ya que en los casos en que se produce una acumulación de grasa,  la leptina (hormona que interviene en la regulación del inicio de la pubertad)  informa al cerebro de que ya existe un índice de masa corporal suficiente para que se inicie el proceso físico de transformación del niñ@ en adulto. Los adolescentólogos manifiestan que, no sólo se está adelantando la adolescencia, sino que además, se está retrasando el final de la misma, de tal manera que  esta etapa puede durar entre diez o doce años.  Así que es una realidad que el periodo de infancia de tu hij@ se hace más corto y  la adolescencia más larga.

Descubrirás, como las relaciones familiares, que antes eran fluidas, se vuelven difíciles, comenzarás a percibirte como menos importante en su vida  y te sentirás cuestionad@ en tus acciones y opiniones.  La mayoría de los estudios señalan que los adolescentes tienen una buena imagen de sus padres, pero eso no evita que se den frecuentes conflictos en la convivencia cotidiana. Estos conflictos no sólo son inevitables, sino que también con toda probabilidad, se van a agudizar, así que mantén la calma y el optimismo. Tu hij@ adolescente te  conoce, conoce tus fortalezas y también tus debilidades. En tu relación y educación cotidiana, puedes acertar o te puedes equivocar, es natural, lo que realmente importa  es que el adolescente sienta  que estás ahí y que puede acudir a ti si lo necesita.

Es importante que estés preparad@  para afrontar esta nueva etapa.  Te puede ayudar el  realizar  un trabajo retrospectivo, intenta recordar tu propia infancia, como te sentías, revive todas las incertidumbres que tenías respecto a tu futuro. También puede ayudar el asistir a talleres para padres de adolescentes o leer libros sobre ello. Cuanta más información tengas  contarás con más herramientas para afrontar esta  etapa tan difícil para tu hij@ y para ti.

Lourdes Fernández-Quintanilla

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